Jornadas de Geografía Feminista

El 10 de noviembre fuimos a dar un taller a las Jornadas de Geografía Feminista que organizaba nuestra compi Eva Cano en la Universidad de Segovia. Fuimos a contar nuestra experiencia y como es el activismo nómada que practicamos. A contar cómo nos movemos por la ciudad con nuestra casa siempre a cuestas, como nos organizamos, como nos cuidamos.

Digo fuimos pero solo pude ir yo, quien escribe, Laura Asensio.

Eva Cano es Geógrafa y Agente de Igualdad de Oportunidades. Ha realizado Estudios Avanzados del Doctorado de Mujer y Género en los Estudios de Humanidades. Y desde 2018, es profesora asociada de la Universidad de Valladolid en el grado de educación del campus de Segovia y en el máster de Cooperación para el Desarrollo. También anda doctorando, investiga las acciones de Geografía ecofeminista aplicadas a la ciudad de Valladolid por los movimientos sociales y en los espacios públicos desde 1979. Vamos, ¡que es una crack! Además es maja, lo cuenta fácil y lo hace bonito.

Eva organiza las Jornadas de Geografía Feminista de Castilla y León desde hace 3 años, abriendo un campo desconocido para muchos e interesante para todes.

La geografía feminista reivindica el derecho a la ciudad, que se refiere al derecho de todos los habitantes a habitar, usar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar las ciudades o pueblos, y que estos sean justos, inclusivos, seguros y sostenibles, definidos como bienes comunes para una vida digna. 

Nosotras, sin apenas darnos cuenta, así lo hacemos y así lo reivindicamos también.

Al invitarnos a contar nuestra historia, tuve que pararme a pensar en reflexionar en todo lo que hemos hecho en los cinco años que llevamos. A veces nos cuesta darnos cuenta de todo lo trabajado y todo lo construido, más si el ánimo está bajo o acabamos de atravesar una pandemia. Somos una asamblea plural e intergeneracional, nuestra puerta siempre está abierta y puedes pasar sin llamar. No somos todas las que empezamos, el grupo va mutando, se suman energías y, en ocasiones, algunas nos alejamos para descansar. Las decisiones las tomamos por consenso, aunque hemos aprendido a convivir también con el disenso en algunos debates, priorizando los cuidados y la reflexión. Nos llamamos casa porque en un inicio buscábamos un lugar, pero ahora somos un refugio y practicamos el nomadismo.

Conté cómo nos organizamos y realizamos algunas de las dinámicas que hacíamos en nuestras primeras asambleas para saber cómo queríamos que fuera nuestra casa ideal. Recordé algunas de las actividades que hemos llevado a cabo, haciendo hincapié en el lugar donde las realizamos.

Como el taller de “cuerpos y sexualidades en el arte” con Eva Alcaide, que hicimos en La Casa de las Palabras, que siempre nos acogen de buena gana. También el Espacio Joven Sur que nos han dado cobijo para el taller sobre cómo nos miramos, en el que reflexionábamos a través del dibujo sobre nuestros cuerpos. También hemos ido al Espacio Joven Norte, a bailar y experimentar con nuestros “cuerpos en movimiento”. Participamos con la artista La Niña en la expo “La noche es nuestra” en el Studio Hijo. También nuestra compi Eva Vazquez organizó para nosotras un contrarecorrido por la exposición del Museo Nacional de Escultura “La invención del cuerpo. Desnudos anatomía, pasiones”, inspirada en el “Calibán y la bruja” de Silvia Federicci, que al poco la invitamos a visitarnos a la Casa Zorrilla. Tenemos un club de lectura y un club de arte, que ha compartido historias a la orilla del río, en bares y algunas de nuestras casas (espacios de intimidad que abrimos a las compas y en los que se crean un vínculo y una relación más profunda). La Molinera siempre nos ha abierto su puerta para asambleas, fiestas y talleres de pancartas, con las que hemos invadido el espacio público en muchas manifestaciones. También nos cedió su espacio para la visita de Elisa Coll y ejercer nuestra resistencia bisexual. Hemos ido a parkings y polígonos con nuestros carros para aprender algo de mecánica con Isa. Hemos cogido nuestras bicis para hacer planes molones e irnos hasta Renedo y más allá. Hemos descubierto un “Valladolid en femenino plural” de la mano de María Luisa Queen una ruta por la ciudad nos descubría que la historia no solo es en masculino singular. Hemos intercambiado plantas, esquejes y reivindicaciones en muchos parques de la ciudad. Y no nos ha quedado más remedio que juntarnos también en el mundo online, donde además de juntarnos para asambleas también organizamos un conversatorio con Marina Sáenz sobre “regular lo trans y el miedo a la diversidad”.

Daba la impresión que no hacíamos mucho y esto es solo una muestra. Recopilar toda esta información ha servido de motivación y orgullo. ¡Somos grandes!

Gracias al mapa interactivo que ha creado Eva Cano, nos hemos dado cuenta de los espacios que hemos ido ocupando y, viéndolo, solo se nos ocurre decir ¡la calle es nuestra!

Nos encantó escuchar a Dra. Mireia Baylina Ferré contándonos sus estudios de género y feministas en el medio rural, y también conocer a Eve de 8M Muyeres en Bici que ya estamos deseando que se venga a Valladolid, organizar algo y pedalear juntas.

Recuerden: La Casa el refugio, el refugio es la calle y la calle es nuestra.

LAURA ASENSIO

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